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El profesor de mi vida
El profesor de mi vida
Hola, tengo 18 años y resido en Chile, soy una persona que desde
niño fue muy traviesa y movida, aunque siempre he sido responsable
y amable con las personas que quiero y que para mí, merecen respeto.
Mi vida ha estado siempre llena de incógnitas que siento que debo
resolver, por lo cual me aventuro a nuevas emociones guiado por mis
instintos y por mi corazón también. Esta vez les contaré acerca de
algo que me sucedió hace 2 años.
En el colegio, mi clase favorita era Química, no solo porque me
gustara la materia, sino porque me gustaba quien la enseñaba.
Él se llama Carlos, tiene 22 años y es un profesor nuevo en su
profesión y en nuestro colegio. Era alto, desde el primer momento
en que lo vi sentí gran atracción por él, no sólo sentía un deseo
incontenible de ser poseido por él, sino algo más inocente y puro,
algo que iba más con mi edad, (15 años).
Fui muy empeñoso en sus clases, y obtenía las mejores notas.
Carlos comenzó a sentir un especial aprecio por mi, yo suponía
que era por mi esfuerzo, pero al parecer estuve equivocado.
Siempre me felicitaba por mis trabajos y cuando no había nadie
me acariciaba el rostro y me decía que era el “alumno soñado”,
por mi parte, yo sólo podía agradecerle sin intimidarme y
parece que eso le gustaba.
Los días y los meses transcurrían en esa misma situación, pero
cada vez esa relación se hacía más estrecha; lo consideraba un
amigo, y él también me consideraba así. En muchas ocasiones me
declaró que me quería mucho y en una ocasión yo me atreví a
darle un beso en la mejilla, él solo sonrió.
Una tarde, a la hora de salida de clases, él se quedó solo en
el salón, como me demoré un poco en salir, intencionalmente, me
llamó y me dijo que me acercara. Después me dijo que me acercara
a él para ayudrlo a ordenar unas fichas bibliográficas. Yo junté
una silla cerca al escritorio para sentarme. Entonces comenzamos
a hablar, hablamos de muchas cosas. En algunos momentos él me
miraba y me cautivaba.
A medida que hablábamos, me acercaba cada vez más a él; podía
sentir un aroma delicioso que me embriagaba y me extasiaba; el
olor de su cabello, de su cuerpo, de su deseo. No podía
quedarme quieto tan cerca de él. Me arrodillé en la silla y
comencé a jugar con las fichas y a jugar con mis pies.
Entonces, en el instante siguiente, él me cogió de mi cintura
sin decirme nada, con un deseo y una ternura indescriptibles.
Todo transcurría en cámara lenta, muy lenta; disfrutaba toda
esa sensación. Me acercó a su cuerpo y me besó y acarició. Mi
cuerpo no me obedecía; estaba extasiado de tanto amor. No podía
corresponder todos esos besos porque había quedado inmóvil. Sus
manos me cargaron como si yo no tuviera peso, como si cargara una
pluma. En ese momento sentí que nada podía hacerme daño, me sentí
más protegido que nunca, parecía un hermoso sueño del que nunca
despertaría. Sentí que me cargó hasta su auto, en el colegio no
había casi nadie. Todos los que me veían debieron pensar que me
había enfermado y desmayado pero nadie se acercó.
Me subió al auto, en la parte trasera, junto a él. Me besó como
antes y yo lo correspondí y le di un beso en los labios que no
recuerdo cuánto duró, pero sé que mucho tiempo. Después me dijo:
“Te amo, te amo desde que te vi, y ahora que te tengo no te dejaré
nunca, serás mío”. Yo no le respondí con palabras, pero lo hice
con mi cuerpo. Le entregué mi cuerpo entero para que haga lo que
quisiera con el. Después me senté con él en la parte delantera, su
auto era muy amplio. Nos sentamos juntos en el asiento del piloto,
yo encima de él mientras él conducía. Podía sentir por debajo una
exquisita sensación, algo muy cálido, estaba muy excitado pero no
me pidió hacer nada indecente aunque yo lo habría hecho con gusto.
En esta ciudad no hay mucho tráfico, y menos aún a esa hora;
estábamos solos en la vía. Llegamos a su casa; me cargó
nuevamente y entramos a su habitación. Era muy cálido y la
cama estaba arreglada. Las cortinas estaban cerradas, al igual
que los vidrios. Entonces cerró la puerta y acomodó las
almohadas para que yo me echara. Después salió y me dio un
poco de soda. Le agradecí y luego se sentó al costado mío y me
dijo que me amaba y que quería estar conmigo esa tarde. Yo le
dije que eso era lo que yo más deseaba y que era todo suyo. El
sonrió y me dijo: “entonces hagámoslo mi niño bonito”. Sonreí
pero a la vez quería llorar de la emoción….lo amaba demasiado.
El se arrodilló en la cama y se sacó la camisa y el VVD. Su
cuerpo era perfecto, no era ni delgado ni grueso. Sus
pectorales y sus abdominales estaban muy bien formados y sus
brazos eran los mejores que había visto. Felizmente yo siempre
entreno natación y entrenaba gimnasia desde pequeño, así que
mi cuerpo estaba muy bien formado también. Cuando me sacó mi
camisa, acarició mi cuerpo y yo sentí que me iba a desmayar.
Yo también toqué cada parte de su hermoso cuerpo e hizo un
gemido de excitación. Mis manos me ardían de deseo al tocarlo.
El me miraba fijamente sin hacer nada mientras yo lo
acariciaba y le bajaba los pantalones. Entonces lo empujé
levemente para que se echara y tocaba su cintura y besaba su
estómago Después fui bajando hasta llegar a su sexo. Me
encantaba el olor. Lo toqué y era cálido, me encantaba. El se
excitó rapidamente y su yo lo cogí con mis dos manos. Era
inmenso, medía unos 24 o 25 cm. No me imaginaba cómo es que
eso entraría dentro de mi. Tan solo lo cogí y lo lamí, de
principio a fin; me encantaba. Sabía muy bien. Después lo metí
a mi boca, pero sólo podía entrar la mitad de ella. Aun así lo
hice disfrutar mucho. En ocasiones se contraía y gemía. No
quería que ese momento acabe. Después me levantó y me dijo que
me pusiera de espaldas. Entonces sentí que introdujo 2 dedos
en mi y me comenzó a dilatar y a prepararme. Me lo hizo con
pasión y me preguntó: “¿te duele mucho mi amor?”. Yo sólo le
dije que no y que por favor siguiera. Después de un momento de
placer me dijo: “nunca te olvidarás de mi”. Eso me asustó un
poco pero sabía que no me haría ningún daño. Me colocó en
cuatro e introdujo su cabeza en mi, fue como una descarga
eléctrica que nunca había experimentado. Estaba muy bien
dilatado y entró la mitad de su sexo con gran facilidad.
Después comenzó con unos movimientos continuos que me hicieron
ver las estrellas y todas sus posibles constelaciones. Era
delicioso y a la vez doloroso, indescriptible, hermoso.
Mientras que me penetraba me decía cosas al oído muy lindas.
Eso me excitó mucho mas y le di lo que se merecía. Presioné su
cuerpo al de él cada vez mas rápido y continuo, con gran
agilidad. El al igual que yo comenzamos a gemir mientras cogía
mi sexo para excitarlo aun mas. El movimiento y la lujuria
estaban en el punto máximo. Todo parecía estar a punto de
estallar. Cogí su mano y la presioné con fuerza mientras él
hacía un largo grito como de auxilio. El momento de clímax
total llegó al fin y él dejó salir todas sus emociones y todo
su deseo y excitación en forma de un líquido cálido y puro que
me bañó completamente. No puede describir cuánto era pero no
paraba de salir y me mojaba toda la espalda y el trasero. Yo
también llegué al momento de lujuria y pasó lo mismo. Como un
último esfuerzo me ti en mi boca todo su sexo y tomé una
cantidad impresionante de semen que, Carlos, al besarme
disfrutó al igual que yo.
Después de todo ese hermoso episodio caímos rendidos uno al
costado del otro y yo me quedaba dormido mientras él me besaba
y me acariciaba con su rostro diciéndome que me amaba como a
nadie jamás había amado.
A la mañana siguiente, rescordé que no había llamado a mi
casa, así que le pedí Carlos su teléfono y llamé a mi casa
diciendo que me había quedado estudiando con mi profesor
porque el se ofreció a enseñarme “algunas cosas”. Todos en mi
familia se aliviaron y no me reprocharon nada porque saben que
soy responsable….
En ese momento vi a Carlos riéndose por lo que había hecho y
me lancé encima de él y me besó. Después me dijo que me bañara
y yo me sorprendí ya que pensaba que nos bañaríamos juntos,
entonces pensé que él ya no quería nada conmigo. Tan solo me
fui al baño un poco enojado pero cuando me estuve bañando, el
entró a la ducha desnudo y me dijo que nunca se perdería esto
por nada. Lo besé y me llevó a mi casa. Nos despedimos y me
dijo que estudie mucho para los exámenes y yo sonreí..